PARQUE INFANTIL COPORAQUE
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El oficio de arquitecto es uno de servicio, este servicio y sistema de conceptualización, diseño y construcción debe ser el mismo para todo tipo de usuario y situación. Y, a veces la paga es monetaria y a veces una sonrisa. Asi trabajamos este TSL, bajo una perspectiva que no es de caridad si no de cubrir una necesidad prestando un servicio.
Fue gratificante encontrarnos con este mismo enfoque y con la idea de una arquitectura comunitaria, no desde lo romántico, sino auténticamente comunitaria, en donde las decisiones se las toma a manera de consenso, compartiendo criterios más allá de los egos. Eliminando así una innecesaria arquitectura de autor. De esta manera las intervenciones se fueron desarrollando dentro de un esquema en donde todos ganamos. Los estudiantes, nuevos conocimientos que posiblemente en algunos años serán totalmente asimilados, los tutores, al poner en crisis las ideas y llegar a nuevos sistemas de pensamiento, y claro las comunidades, con intervenciones para sus niños. Sin embargo, las comunidades serán las que con el tiempo tendrán la última palabra sobre nuestro real aporte. Esta experiencia me deja una profunda lección sobre la función social de la arquitectura y su verdadera necesidad o intención. Al salir de Coporaque y despedirnos del lugar, un niño nos dice: “…y cuando van a quitar estos palos?” |