Nelson Pineda, investigador y cuencano, me sugiere visitar la laguna de Luspa (Ñuspa), me indica que "pasando el segundo control hay un restorán y que ahí pregunte". Me tomó un buen tiempo animarme, pues no es una ruta "popular" sin embargo ese mismo es su encanto; con el riesgo que significa, pues aunque era una de las antiguas rutas a la costa, no hay senderos muy marcados, salvo los de pescadores, animales y eventuales caminantes. |
Después de un buen trecho entiendo la fascinación por el paisaje y como le sería muy fácil devorarme con mi consentimiento. Finalmente asoma la laguna y el gigante bosque de polylepis me desvía del objetivo de circunvalarla. No recuerdo haber estado dentro de un bosque de estas características y magnitud, es un cuento de hadas, obscuro, mágico, encantador, fácil de desorientarse, sin embargo del recorrido emerge la sabiduría misma del caminar en soledad, el camino está ahí aun así no lo vea. |
Ya de vuelta en el restorán de la vía una pintura mural de la laguna hace evidente la amenazante niebla y la señora que atiende me cuenta historias de cuando los caminantes se "fascinan", y enamorados de la laguna no salen nunca, en mi cabeza son las sirenas del páramo. Nelson después me cuenta que él mismo tuvo experiencias fuertes en el bosque de polylepis. |
Gracias Nelson: https://www.facebook.com/nelson.pinedabrito